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Nutrición

Una dieta saludable es fundamental para mantenernos sanos. En el caso de la osteoporosis cobra especial relevancia la presencia de calcio y vitamina D en nuestro menú diario, ya que van a ejercer una función esencial en el mantenimiento de nuestra salud ósea. El calcio y la vitamina D son elementos nutricionales fundamentales en la salud ósea a lo largo de toda la vida, para conseguir y mantener el pico de masa ósea. En el tratamiento de la osteoporosis, además, la ingesta adecuada de ambos son críticos para maximizar la respuesta a los tratamientos.

El calcio

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El calcio es el mineral más abundante en el esqueleto, aproximadamente 1.000 gramos en forma de cristales de hidroxiapatita que contiene el 99% del calcio corporal y el 80% del fósforo y agua (Ca10 (PO4)6 (OH)2).

Estos dos elementos desempeñan un papel importante en la fortaleza de los huesos y son de importancia nutricional primordial en la osteoporosis.

Los requerimientos diarios de calcio se estiman adecuados entre 1.000 y 1.500 miligramos diarios y pueden obtenerse con relativa facilidad a partir de la dieta, o mediante alimentos suplementados. Sin embargo, una parte sustancial de la población no alcanza estos requerimientos. Además, pacientes con intolerancia a la leche, limitación de la secreción gástrica por edad, de causa autoinmune o por el empleo de agentes como los inhibidores de la bomba de protones que la limitan, gastrectomía u otras causas, o malabsorción, hacen necesarios los suplementos de calcio nutricionales o farmacológicos.

La vitamina D

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El 90% de la vitamina D que tenemos en el organismo proviene de la exposición al sol y algo menos de un 10% a partir de la dieta. Los alimentos nos aportan muy poca cantidad de vitamina D.

Los requerimientos de vitamina D se estiman en 800-1.000 UI (Unidad Internacional, que es la unidad de medida de la cantidad de las vitaminas basada en su actividad biológica o el efecto medido).

Son cantidades que las contienen pocos alimentos y la síntesis cutánea, incluso en áreas de alta insolación, resulta insuficiente, para obtener niveles séricos de 25(OH)D (marcador del estatus corporal en vitamina D) por encima de los 30 ng/mL, necesarios para una respuesta biológica óptima en hueso y otros órganos y tejidos diana. Por ese motivo es habitual que, a partir de cierta edad, los profesionales sanitarios recomienden suplementación mediante alimentos reforzados con vitamina D farmacológica.

La vitamina D es una vitamina esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, siendo su déficit origen de numerosas enfermedades, especialmente aquellas relacionadas con la salud ósea como la osteoporosis, la artritis o la artrosis, además de la depresión y algunas enfermedades autoinmunes. El déficit de vitamina D es bastante frecuente, siendo más agudo en invierno debido a la escasez de horas solares.

Alimentos ricos en vitamina D

La importancia de la vitamina D, especialmente tras haber pasado meses con una reducida exposición al sol, como en los meses de invierno, hacen imprescindible tomar el sol e incorporar a nuestra dieta aquellos alimentos ricos en vitamina D que puedan ayudarnos a mantener o incrementar los niveles de esta vitamina en sangre.

Entre los alimentos con vitamina D que pueden ayudarte a elevar tus niveles de esta vitamina tan beneficiosa:

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  • Aguacate: Entre los alimentos más ricos en vitamina D se encuentra el aguacate, una fruta rica en ácidos grasos cardiosaludables, vitaminas C, E y provitamina A, además de minerales como el calcio, el potasio o el magnesio. Un alimento que puedes comer en ensaladas, rellenos o en salsa guacamole, entre otras muchas recetas.

  • Pescado azul Se puede encontrar una notable cantidad de vitamina D en pescados azules como la caballa, las sardinas, el bonito, las anguilas, el atún, los arenques, los salmonetes, el salmón y el pez espada. Unos pescados que además de aportar vitamina D, también son ricos en ácidos grasos omega 3, algo que asegura su aporte al ser liposoluble.

  • Huevos Los huevos contienen también vitamina D, siendo importante consumir el huevo entero, esto es, tanto la yema como la clara, ya que es en la grasa de la yema donde se disuelve la vitamina. Además de esta vitamina, los huevos también son ricos en proteínas, siendo saludables si se consumen con moderación.
  • Lácteos enteros Es importante consumir lácteos enteros, ya que la vitamina D necesita de la grasa de la leche para sintetizarse.
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  • Carne de ternera y pollo Tanto la carne de ternera como la de pollo contienen vitamina D, siendo importante consumirlas siempre a la plancha o cocciones sencillas que faciliten la conservación de sus nutrientes.
  • Champiñones Los champiñones tienen una importante cantidad de vitamina D, siendo uno de los alimentos básicos para conseguir elevar o mantener los niveles de esta vitamina. Una forma de potenciar que mantengan la vitamina D es limpiarlos y ponerlos al sol antes de cocinarlos.

Otros alimentos con vitamina D son el hígado de ternera y de conejo, los cereales, el queso y las bebidas vegetales de avena y soja.

Beneficios de la vitamina D para la salud

La vitamina D además de contribuir a la formación de los huesos y los dientes, proporciona otros beneficios. Entre los más destacados están:

  • Contribuye a absorber mejor el calcio, mineral esencial para nuestros huesos y dientes.
  • Regula el nivel de fósforo en la sangre.
  • Ayuda en el desarrollo del esqueleto y en la formación de los huesos.
  • Refuerza el sistema inmunitario aumentando nuestras defensas.
  • Promueve el antienvejecimiento celular.
Incluir alimentos ricos en vitamina D en la dieta repercute en tener unos huesos mucho más fuertes y sanos.